La pintura impresionista de Sorolla, matizada con el protagonismo que otorga a la luz, esa luz casi siempre de levante, de ambiente costero, acompañada de la presencia humana, de esos niños, sus protagonistas la mayor parte, en los que con gran genialidad sabe resaltar la vibración del color y el movimiento de sus frágiles cuerpos jugando con el agua, la arena y el sol. Etiquetado a veces como absoluto impresionista, en realidad su estilo se fue definiendo con los años como luminista.
El éxito de la pintura de Sorolla radicó en su capacidad cromática y en la forma de emplear el color. Los matices de su paleta, inconfundibles, quedan al servicio de la representación verídica de la realidad que le rodea. De ahí que lleve la técnica de la pintura al aire libre a su punto más álgido.
Temática
- Caballos
- Barcos
- Niños en la playa, Sorolla
- El retrato
- Retrato contemporáneo
De características similares a la pintura de Sisley o la de Monet, se diferencia en la forma intuitiva, espontánea en que convierte su lenguaje pictórico frente al modo sistemático y codificado de estos dos últimos.
Sorolla agregó al arte español de finales del siglo XIX la gran corriente de naturalismo que se estaba desarrollando en Europa. No sólo realizó esta incorporación, sino que fue uno de los artistas con la personalidad más marcada y uno de los mejores pintores internacionales de ese momento.